martes, 13 de noviembre de 2007

¡¡Ouch!!

Me pasó ayer (y ya te lo avancé ayer mismo). Ay.

Me pasó cuando caía hacia adelante con el brazo retorcido con un sankyo. Y me afectó tanto que me tuve que ir inmediatamente al vestuario para tratar de arreglarlo.

Aquí dejo el estremecedor documento:
Este es el pantalón de mi gi (o keikogi o kimono, más comúnmente).

Blanco. Arrugao. De algodón. Lo normal, vamos.

Lleva en las fibras muchas caídas, muchos pasos dados de rodillas, muchos baños en lejía.

Pero ayer (triste día el de ayer), pasó lo que tenía que pasar: "¡¡¡Raaaaaasssss!!!"

Vista trasera. ¡¡Ouch!!

Todavía me tiemblan las manos, se nota hasta al hacerle la foto.

Vista trasera. Zoom in. ¡¡OUCH!!

Ha sido un buen compañero de fatigas (literalmente). Espero que le vaya bien en su nueva vida como trapo de limpieza reciclado.

Por cierto, un comentario de otra cosa: practicando aikido con pantalón de chandal y camiseta se pierde gran parte de la prestancia, majestuosidad y autoridad que se emana cuando se practica con el pijamita blanco. Y, además, se escurre uno una barbaridad en la lona...

2 comentarios:

El Tete dijo...

El mío cedió el año pasado víctima de un precioso kiba dachi.

Si es que ya no hacen kimonos como los de antes...

Cincibastro dijo...

Pregunta: el factor de curacion afecta tambien a la ropa que lleves? porque en los comics si que pasa, y despues de escribir la entrada se deberian haberte arreglado solos los pantalones del pijama esos.