viernes, 27 de junio de 2008

Apto


El resultado: apto.

Mi reacción: sorpresa y asombro.

El examen: en mi opinión, patético. Debía de parecer un jodío novato, con el kimono enorme y descolocado, sudando a manta, colorado como un inglés a la plancha, dubitativo y fallón haciendo las técnicas, nervioso y pesimista (o más bien tan realista que me daba por suspenso cada vez más seguro conforme el tiempo pasaba): cuando estás sin respiración y medio mareado es muy complicado demostrar que te mereces el reconocimiento de un nuevo grado, porque la marcialidad se disuelve en la visión borrosa y el control del cuerpo del uke (persona que practica contigo simulando ataques para que tú hagas la técnica, "adversario atacante") no es posible cuando controlas tu propio cuerpo a duras penas. Supongo que el tribunal vio más allá de la desastrosa demostración que hice la otra noche. Dios los bendiga.

La realidad: soy mucho mejor que lo que pude demostrar durante aquel rato de agotamiento extremo. Supongo que el calor y la falta de respiración son mucho mejores aikidokas que yo, porque me dieron una paliza importante. Hubiera estado mucho más conforme si el tribunal hubiera visto el rato de práctica previo con mi recién conocida uke (Domo Arigato Gozaimashita, Ana, un privilegio practicar contigo) porque fue mucho más suelto, seguro, ritmico y marcial. El programa me lo sabía (me lo sé) y lo he practicado lo suficiente, creo. Pero podría decir aquello de que "no envié a mi cuerpo a luchar contra los elementos", al menos como burda excusa...

La reflexión: Tirando del refranero diría que bien está lo que bien acaba. Pero prefiero tomármelo como un tirón de orejas porque lo veo más positivo. Me han concedido el 3er Kyu. Los maestros de esa escuela me permitirán vestir la hakama a partir de ahora. Y tengo que ser digno de ello tanto en el conocimiento mecánico de las técnicas (que es lo sencillo en principio) como en la actitud, el compromiso, la humildad para seguir aprendiendo y (por Dios santo) un mínimo de forma física. No voy a permitir que se confirme la impresión dada por un mal inicio, ¿no?

Tu reacción probable: "¿A qué viene este discursito de lamento y autosuperación que me acaba de soltar a bocajarro el gañan este?"

La respuesta a tu inquietud: Es que me jode infinitamente quedar mal. Y sé que durante el examen quedé mal, sobre todo y fundamentalmente conmigo mismo. Pero tú no te preocupes, que he aprendido unas cuantas lecciones de ello. Puedes felicitarme, como entonces, con toda tranquilidad, porque estoy muy feliz por ser un aikidoka de 3er Kyu.

Sankyu (3er kyu) escrito en Japo. ...pa' enseñar culturizando...


Y seguiré trabajando para llegar a 2º pronto.

Por tu apoyo, antes, ahora y a partir de ahora: Domo Arigato

miércoles, 25 de junio de 2008

¡Victoria!

No se trató de la clamada "vendetta" ni de la gesta épica que nos han intentado vender antes y después del partido. Para mi ha sido mucho mejor.

Ni la sensación de vacío que le tiene que quedar al que orienta su vida en busca de una venganza ni el trunfo que sobrevivirá eternamente en la memoria colectiva de ningún pueblo. Ganamos un partido contra un rival temible, nada más. Y nada menos.

Si tengo que compararlo con algo, para mi se parece muchísimo a la sensación de triunfo que puede tener el chavalito eternamente acosado por matones en el cole, ese que vive constantemente y desde hace tiempo con la amenaza velada de los abusones de turno, esperando por encima de cualquier otra cosa no atraer la atención de los que son más brutos, más crueles, más fuertes, más presumidos y menos civilizados que él. Porque la atención extra de esta manada casi siempre acaba igual, la verdad...

Seamos claros: él nunca ha tenido madera de víctima callada. Las provocaciones son asumibles hasta cierto momento. Y si ese momento llega, se le escapa el pundonor, "el orgullo intentando joderte" que Marcellus Wallance pedía a Butch para beneficio mutuo, los restos de una estirpe pobre y desgraciada pero orgullosa... Y se abre la boca y viene la juerga, claro... Y si hay que darse de empujones, pues se dan. Nobleza obliga.

El final siempre es el mismo, claro. La lógica se impone con la regularidad que se le supone a una parte de la ciencia matemática. Y queda como consuelo en la derrota lo bien que se ha peleado, la treta tramposa del matón de turno o la complicidad parcial de los espectadores que se suponen neutrales. Consuelos que no suponen una victoria, pero la maquillan frente a una conciencia culpable de no asumir su propio lugar en el mundo real. Unas veces más magullado y otras veces más entero, siempre había perdido frente a los matones.

El domingo, por fin, ocurrió lo que otras veces había estado a punto de pasar: despreciando su propia historia, la del rival y las posibles consecuencias, apretó los puños y la mandíbula y dió el paso al frente. La pelea fue larga, complicada y muy parecida a tantas otras en las que se había defendido bien para acabar vencido. Pero en el último momento, con una parte de arte y otra de suerte, conectó dos golpes que el chaval más fuerte y marrullero del colegio no se esperaba... Y supo que por fin había ganado. Y se sintió vindicado. Invencible. Mucho más poderoso que antes. No había perdido con el tío más peligroso del barrio. "Le" había ganado. Así que ésto es lo que se siente, e¿h?

¡¡¡Osti, osti, que me he encontrao un balón!!!... ¡¡¡Pa' mi, pa' mi, jejeje...!!!

¿Y mañana qué? Le da igual. Hoy le da totalmente igual, está disfrutando de un triunfo muy perseguido y sufrido. Probablemente, la moral que hoy tiene le podrá empujar a ser el rey del patio durante una temporada. Y, probablemente, más adelante vuelva a su lugar en esta cadena trófica en miniatura en la que el grande se suele comer al chico. Porque las rachas, lo sabe bien, no duran siempre.

Pero hoy... jejejejeje... que le quiten lo bailao. Además, ha tenido la suerte de vivirlo con su parte de su gente alrededor, compartiendo el orgullo de haber hecho lo que había que hacer, de haber despreciado al enemigo y a las consecuencias y, por esta vez, haber salido triunfante.

Si mañana cae, todo habrá vuelto a su cauce. Pero para siempre le habrá merecido la pena vivir la noche de hoy.

Nota. promera vez desde un cibercafé. Espero que la última, que aquí hace un calor de la leche. Y conste que ha sidoen honor tuyo, que para una vez que me pides algo en persona no me voy a negar. Pero no te acostumbres. Y tú tampoco...

martes, 17 de junio de 2008

Welcome to Liberty City

Aunque mi estilo con el factor es más "desaparezco un tiempo y luego doy las excusas pertinentes", esta vez te lo aviso previamente. Voy a estar un tiempo indeterminado sin postear por aquí. No voy a tener acceso a Internet durante unos días.

Si por algún motivo me buscas o me necesitas, estaré una temporada en Liberty City.



No te preocupes. Sabré cuidarme.

"La vida es complicada.
He matado gente, he secuestrado, he vendido a gente...
Quizás aquí las cosas sean diferentes...

...sólo intento tomar las decisiones correctas..."

Niko Bellic.

sábado, 14 de junio de 2008

Viernes 13

No. No recuerdo la película. Por sub-cultura general básica, sé que el tio con la careta de portero de hokey sobre hielo de los setenta se llama Jason, que su arma es un machete y que acabó por enfrentarse a Freddie Krueger a principios de este siglo.

No te pongas histérica, mujer, que yo también me he asustao...

No sé qué lo llevó a filetear criaturas sin su consentimiento (supongo que será uno de los motivos estandar de este tipo de historias) y no me interesa revisitar las fuentes, la verdad. Pese a todo, creo que hoy comprendo sus motivos un poco, porque este vienes 13 yo también me he encontrado con un motivo justificado para "cortar y trocear, tío, cortar y trocear":
¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!

Estos monstruos sí que dan miedo de verdad.

martes, 10 de junio de 2008

Mis cien balas: Justa represalia (4)

Cómo no… en el último momento, vienen las malditas dudas… ¿De dónde salen?, ¿por qué ahora?, ¿por qué justo en este, el peor posible, instante?

Hasta aquí, lo he visto tan claro como el agua recién fundida de un glaciar en regresión. Me entregaron la pistola para casos como este: para hacer justicia, para luchar por los buenos, para marcar la diferencia entre el bien y el mal... Y, cuando no quede otra salida, compensar las desgracias con un poco de represalia desatada…

Y sé que se lo merece no sólo porque lo sufriera en mis propias carnes, sino porque además lo vi reflejado en las caras de angustia, desesperacion y enfado de muchos de los que allí estuvimos. Nos habían herido y todos supimos que había sido a propósito, con premeditación y saña, utilizando una autoridad mal entendida para destruir de una tacada sueños, esfuerzo, pan y futuro de un buen montón de personas. E íntimamente todos intuímos que había disfrutado previéndolo, le había encantado hacerlo, paladeaba el triunfo injusto como el que manipula el juego para ganar siempre él, a costa de que pierdan todos los demás...


Por eso, después de constatar lo orgulloso que se sentía de su acto, me puse a planificar, informarme y diseñar el plan que me ha traído hasta aquí. Y va a funcionar, seguro, tan pronto como se disuelvan las dudas de última hora que mastican mis tripas mientras me enfundo el gorro de lana, las gafas de sol y la cazadora negra. La pistola está atrás, fijada en la cintura y con el seguro puesto. Y el momento es...

...ahora...

Salgo del baño empuñando ya el arma y le quito el seguro mientras apunto directamente a la cabeza.

¡Cla-chlack!

El sonido de la bala en la recámara lo ha paralizado. Estamos cara a cara en medio de su cafetería de siempre, encañonándolo mientras a nuestro alrededor el mundo también se congela.

Con la ensayada voz ronca le digo la frase: "Sabes lo que has hecho, y ahora sabrás lo que se siente... Acción y reacción..."

Y cuento despacio: "Tres"... "Dos"... "Uno"...

¡¡BLAM!! ¡¡BLAM!! ¡¡BLAM!! ¡¡Tch-click!!

Por supuesto, en el último momento levanté el brazo para apuntar a los fluorescentes del techo. Los tres estampidos y el baño de chispas han creado el tumulto necesario en el que camuflar mi huída hacia la puerta, como estaba previsto. Él, el todopoderoso, se ha quedado allí temblando, con el rictus de angustia, pánico y desesperación que yo esperaba, parecido al que él había causado no hace tanto. Un momento de comprensión, una cuenta atrás eterna y la llamada de atención de los disparos, como tres golpes de mazo en la mesa del juez. Condenado a sentir lo que has provocado en los demás, a compensar el miedo ajeno con miedo propio. Ahora has pagado tu deuda con la sociedad. Que te sirva de lección para la próxima vez que pongas a prueba a gente que se juega el futuro contigo.

Ya en el tren, agotado, descamuflado y más tranquilo, me doy cuenta de la suerte que he tenido esta vez... El cuarto disparo ha encasquillado la pistola. Podría ser fiambre a estas alturas. Las dudas que mi subconsciente me mandaba me advertían del cabo suelto: ¡No has comprobado el arma! ¡No va a funcionar correctamente! ¡Te la estás jugando, chaval!...

Supongo que es la mejor forma de aprender. Por las malas. Voy a tener que dedicarme a desmontar y limpiar la pistola. Y ya de paso, debería darle una vuelta también a todas aquellas partes de mi vida que tengo un poco abandonadas, que falta les hace a algunas...

Hoy he gastado cuatro de mis cien balas irrastreables. Me quedan 90.

domingo, 8 de junio de 2008

Apretando fuerte

Hasta el momento, lleva apretando sin desfallecer más de 72 horas, aunque empieza a dejar notar síntomas de desfallecimiento: demasiado esfuerzo durante demasiado tiempo seguido. No se le puede pedir más.

Su primer intento fue el jueves por la tarde. Tímidamente hizo su experimento, y al no ver la reacción en contra esperada, decidió aumentar la presión y hacerse el dueño de la situación. Y lo consiguió...

El jueves por la noche ya era el amo. Tenía condicionado a todo el mundo porque su firme bloqueo impedía llevar una vida cómoda a nadie a su alrededor. Y, como su objetivo principal era llamar la atención sobre lo precario de su situación y la de sus compañeros, tenía la moral por las nubes. Sabía que era pequeño y su función no muy importante, pero estaba completamente decidido a hacerse oir. Y, con un poco de suerte, sabía que contaría con el apoyo de los grandes, de aquellos con mejor situación y fuerza, pero que no eran insensibles respecto al estado de abandono, desamparo y exigencia al que todos estaban sometidos por culpa de una mala situación general y por el gobierno de un irresponsable.

"Ahora, a resistir. No nos moverán". Y vaya si lo ha hecho... Durante su propuesta ha sido ignorado, menospreciado, atacado físicamente por una brigada de diez brutos inclementes, bombardeado con narcóticos, aislado de sus vecinos y finalmente asediado con calor y hambre. Hoy, domingo ya, está casi rendido. Ha logrado su objetivo con creces, desde luego, y se merece el descanso y el aplauso de compañeros y rivales.

Porque en realidad, ha ganado: a partir de ahora no habrá más maltrato ni descuido para él y los suyos. Todos ellos tienen poder y están dispuestos a usarlo cuando se sobrepasen sus límites.


¿A que te molan mis gallumbos blancos de cadera alta?

Así que, cansado y satisfecho, el músculo Serrato Posterior Superior Izquierdo comunica en este momento el fin de la contractura muscular. Sus compañeros más cercanos, El Esplenio y el Deltoides, que lo han apoyado durante la propuesta, aplauden a rabiar. Y el cuerpo entero de AKA suspira aliviado. Se han aceptado las reivindicaciones de cuidado con la postura, ejercicio moderado y alimentación equilibrada.

Ha vuelto la paz social a mi espalda. Y menos mal, porque ni el reposo, ni el masaje de la fisioterapeuta, ni el relajante muscular, ni finalmente el calor han hecho fácil vivir con esta jodía contractura que no me dejaba ni mirar para abajo ni dormir ni estornudar tranquilo siquiera.

Jo, ya tengo achaques... Qué viejo soy, leches...

miércoles, 4 de junio de 2008

Terapia de choque

Una vez leí que en Cádiz se ha convertido en tradición del último día de curso ir a la playa para quemar los apuntes del año. No sé lo fiable que será esta información ni tengo detalles del ritual concreto de tamaña ceremonia de liberación, pero he de reconocerle el mérito que tiene por lo que supone de superar una etapa quemando las naves que, mal que bien, te han llevado a un puerto (que puede ser amistoso o enemigo, pero eso también es otra cuestión...).

Cuando hace un par de semanas volví a CiudadCueva para descansar y reencontrarme con mi casa y mis cosas, lo que más falta me hacía era pasar página después del exámen y el post-exámen.

Y me administré la mejor terapia que se me ocurrió. De choque, por supuesto: hice trizas uno por uno, los casi cien temas de un temario de oposición, jejeje... Y tengo pruebas:

De seis a 10 kilos de blanco papel de 80 gr. fotocopiado por las dos caras. Tiritando quedaron los bosques cercanos...


La sensación de liberación se extendía por mis brazos cada vez que rasgaba unos pocos folios en dos, cuatro, ocho trozos irregulares... Rompía y rompía durante tanto tiempo que me olvidaba de prepararme la comida y no era consciente de la hora que era. Una gozada, vamos.


Entonces, quise que la cosa fuese todavía mejor... Y lo logré:

Papel mutilado y asesinos en serie: diversión asegurada

Ya le tenía muchas ganas a Dexter. El buen chico que es asesino en serie de malas personas... ¡cómo no me iba a caer bien!. Pulcro, ordenado, minucioso. Y siempre atento para complacer al "oscuro pasajero" según el Código de Harry. Un cielo...

Igual que el libro un par de días antes, la primera temporada cayó del tirón y sin sentirlo. Y mientras, yo diseccionaba cuidadosamente los párrafos de unos temas aún vivos en mi cabeza como si estuvieran atados con cinta transparente a la mesa limpia y recubierta de plastico de mi memoria reciente. En el futuro, me los volveré a estudiar, sin duda. Pero aquel día suplicaban detrás de su mordaza que no los rasgase... aunque yo lo tuviera que hacer como necesaria terapia de choque.

Pobrecito temario atrasado. Cómo sufrió... Pero cómo lo merecía...

lunes, 2 de junio de 2008

¿Coges la idea?

En una clínica de curación tan pequeña como esta hay que cuidar a los pacientes, escasos e importantes. Si piden algo, se parte uno el pecho si hace falta para dárselo.

Asi que quieres saber quién es mi Susie de turno, ¿no? ¿Quieres pistas jugosas? Jejejeje...

Pues toma pistas:



Pero una aclaración... No pienso aprender a bailar... Y menos reguetón-chin-chin-pon... Capice?