domingo, 18 de enero de 2009

Pong

A ver, tira la primera piedra si tú no has jugado nunca a este hito de la historia videojueguil.

Nadal vs. Federer... Empieza la evolución hacia el fotorrealismo en los videojuegos.

Aunque no hacía falta darme la pedrada precísamente a mí, veo que tengo que escribir dos líneas para explicarte que el Pong fue el primer cacharrito que se podía conectar a una televisión doméstica para simular (siendo generosos e imaginativos) un partido de ping-pong entre dos personas, representadas como sendos palotes, que se afanaban en devolver al campo contrario una pelota de forma cuadrada, que cada vez iba más rápido la malandrina, para ganar los correspondientes puntos cuando el otro palote fallaba.

Mucho después de que saliera en 1972 (¿15 años después es demasiado?), en mi casa hubo una versión mejorada del juego, que incluía colores distintos para los jugadores (rojo y azul básicos), la pelota (amarillo tenis) y los puntitos que delimitaban el campo y las puntuaciones (verde fósforo, por supuesto). También fue la primera consola que tuvimos mis hermanos y yo, regalada por unos primos generosos y ya un poco mayores para los jueguecicos. La revolución.

Personalmente no puedo criticar esos gráficazos, porque están muy cerca de mi mejor estilo esquemático de dibujo (yo aún pinto personas que consisten en este palote, cuatro rayicas para pies y manos, y un punto gordo como cabeza). Lo que sí te aseguro es que era mortalmente aburrido y bastante frustrante cuando la jodía bola empezaba a acelerar y no dabas a basto a girar la ruedecita del mando. Claro, que a lo mejor si hubiese ganado más a menudo a mis hermanos lo hubiera disrutado más, pero bueno. Un hito es un hito, y el gusanillo de interactuar con mundos imaginarios con una pantalla delante aún lo tengo dentro. Larga vida al Pong (pero a mi dame un Lancer con motosierra del Gears of War, por supuesto).

Hoy me acuerdo del Pong porque a partir de mañana transmuto en pelota cuadrada humana en un trayecto infinito de ida y vuelta y rebote entre CiudadCalifa y CiudadCapital. Todos los días me levantaré antes del alba y volveré lo antes posible a casa, para volver a hacer el trayecto al día siguiente y al día siguiente y hasta el día en el que se le acabe la baja maternal a la persona que voy a sustituir. Ave arriba y ave abajo, entre dos tierras distintas, en movimiento constante.

Es mi primer cambio gordo del año y aún estoy ilusionado como cuando enchufamos por primera vez el Pong a nuestra Telefunken. Sólo espero que esa sensación dure mucho y que no se haga tan pesado como era aquel juego después de unas cuantas partidas seguidas. Y que los palotes me traten lo mejor posible y que no se me quede la cara cuadrada de la pelota del Pong cuando los choques y rebotes con las paredes y jugadores se conviertan en rutina monótona y cansina.

Aunque quién sabe... Lo mismo la cosa evoluciona bien y dentro de poco estoy peloteando en el Outlaw Tennis entre la rubia y la morena estas, jejeje...

"...¿así que ATP no significa Asociación de Tetistas Profesionales?... Pues vaya..."

Empecemos con el primer set. Servicio para Mrs. CiudadCalifa...

martes, 13 de enero de 2009

Parafraseando: Martes y trece (1)

Mi mente es extraña y sorprendente, sobre todo para mí mismo. Guarda en su interior, como Diógenes, montones de basura y tesoros que se acumulan y almacenan sin un orden que yo pueda entender, pero los recuerdos y la información están ahí, agazapados mientras esperan la ocasión para aflorar a la superficie.

Hoy es día 13 de enero, y es martes. Y cuando he caído en la cuenta y se me han juntado las palabras en mi cabeza ("martes y trece") ha saltado a mi boca, como un resorte, el verso de La Venganza de Don Mendo.

Es algo que me ocurre de vez en cuando y que creo que no quiero evitar, porque me encanta recuperar recuerdos. Me pasa constantemente con las letrillas de carnavales (la última vez memorable, en pleno British Museum), con las imágenes concretas de los cómics o con alguna referencia de un libro. Por eso hoy empiezo una sección nueva, una excusa estupenda para compartir contigo, via Blog, estas jugaditas que me hace mi cabeza. Todo sea por el Factor, por tí, por mí y por todos mis compañeros, y por mí el primero.

Espero que te guste la primera entrada de "parafraseando" que te pongo hoy. Dejemos hablar a Don Mendo cautivo...

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Ya amanece. Por esa claraboya
las luces del crepúsculo atalayo
pronto entrará del sol el puro rayo
que a las sombras arrolla
y en bienestar convierte mi desmayo
.
Por la claraboya entre triunfante un rayo de sol
¡Sí!
Levantándose

¡Ya el rayo destella!...
¡Ya mi prisión se enjoya de luz bella!...
¡Ya soy dueño de mí! ¡Ya bien me hallo!...

Canta un gallo dentro, lejos.
¡Ya trina el ruiseñor! ¡Ya canta el gallo!
Pausa
¡Trece de mayo ya!... ¡Quién lo diría!
Llevo en esta prisión un mes y un día,
sin por nadie saber lo que acontece...

Estremeciéndose.
¡Y hoy es martes, gran Dios!... ¡Martes y trece!...
¿Por qué el terror invade el alma mía?
¿Por qué me inspira un miedo extraordinario
esa cifra, ¡ay de mí!, del calendario?

Como loco.
¡Ah, no, cifra fatal! No humillaréis
el valor de Don Mendo; no podréis;
todos iguales para mí seréis...
¡Trece, catorce, quince y dieciséis!

Pausa
¿Moriré sin venganza? ¡Cielos! ¡Nunca!
Ha de morir la que mi vida trunca
y morirá a mis manos... Mas, ¿qué exclamo?
¿Cómo podré matalla si aún la amo?
Acaso por salvarse aquella noche
aceptó del de Toro sin reproche
el amor y la fe y el galanteo...
Mas aquel "Pero mío", aquel sobeo
delante de mi faz, estuvo feo;
porque él llegó a palpalla,
que yo lo ví con estos ojos, ¡ay!,
y ella debió oponerse, ¡qué caray!,
al ver lo que yo hacía por salvalla
.>>

Pedro Muñoz Seca
La Venganza de Don Mendo

martes, 6 de enero de 2009

Cero Nueve

Bienvenidos a un dos mil nueve ya empezado, con el primer mordisquito irreal que suponen los días festivos después de los festivos gordos de navidad. Según a quién le prestes atención, este año va a ser el Apocalipsis con sus jinetes o va a ser el inicio de una recuperación económica, social y moral gloriosa para el mundo y sus habitantes... Lástima que yo no esté prestando demasiada atención por el momento.

Mi año nuevo ha empezado con atracones de comida y tos febril, aunque no lo interpreto como un mal presagio. Fiestas y virus son los responsables, no son más que efectos de unas determinadas causas. Igual que los kilos que tengo de más, las agujetas en el lomo después de un partido de squash con Cheersmate, o la resaca de varias ginebras bebidas en ayunas.

No voy a hacerte ninguna predicción de lo que depara el año nuevo porque no soy un augur ni un analista. Mi horizonte de predicción no va más allá de un par de días a lo sumo. Tampoco pretendo sentar cátedra o dármelas de entendido. No sé ni cómo me va a ir la guerra ni a mí mismo, así que no sé cómo te voy a contar cómo me está yendo el año...

"...q'el futuro es mu oscuro, q'el futuro es mu oscuro..."

Sí tengo claro que vienen curvas. Mi vida cambia por narices, porque el asfalto del año pasado se ha acabado y entro en carril sin asfaltar, que es mucho más divertido y emocionante, aunque tengo que aprender a controlar los derrapes si no quiero acabar visitando el fondo de un barranco. Pero por ahora estoy encantado, la verdad. Ya sabes cómo me gusta meterme en los charcos de barro y salpicar.

Dentro de un año, cuando vayamos a por el diez con la perspectiva de haber desgastado el año nueve a base de tiempo, esfuerzo y sudor, podré hacer balance contigo y podré confirmar el desastre o la gloria.

Hoy sólo me preocupa cuánto tengo que tirar de freno de mano para cruzar el coche y salir disparado de la primera curva de barro del año.

Estooo... ¿alguien para ayudarme a lavar el coche después?...

Feliz cero nueve...

jueves, 1 de enero de 2009

Mis cien balas: Desencadenado (5)

Que esté ya decidido no lo hace mucho más fácil, aunque yo pensaba que sí. Es un mal momento para que entren las dudas y los temblores en la mano que empuña la pistola, ¿no crees?

Así que tranquilo. Respira hondo un par de veces y vuelve a apuntar. Abajo y en diagonal. Olvida que detrás del metal oxidado del grillete está tu tobillo. Recuerda los cientos de veces que lo has visto hacer en malas películas y deja de se vaya la rigidez del hombro y el codo antes de apretar el gatillo.

Trata de olvidarte de la posibilidad de volarte el pie pensando en que fuiste tú mismo el que ajustó los cerrojos de metal para no poder andar y no mover las manos demasiado. Y no me valen las excusas de "me estaban obligando" o "en realidad, yo no quería hacerlo". Asume que estás aquí encerrado y encadenado porque no te resististe demasiado a las órdenes de la rutina comodona que ha regido tu destino los últimos meses.

"...sí, sí, lo reconozco por cómo le huelen los pies..."

Fui débil y conformista. Aunque durante este tiempo he comido, dormido y trabajado con comodidad, ni me he alimentado bien, ni he descansado realmente ni estoy más cerca de ninguna meta profesional o personal que entonces. Se vive tranquilito en el limbo, la verdad. Pero ya basta.

Después de disparar a la cadena del pie, podré moverme lo suficiente para colocar la cadena de los grilletes de las muñecas en el suelo, con un ángulo adecuado para romperla de un balazo sin volarme los sesos con el rebote de la bala. Supongo que el tirón será fuerte, pero ya no me preocupan las cicatrices de las muñecas. Factor de curación, jejeje. Además hace demasiado tiempo desde el último intento de quitármelas a tirones, por lo que ya ni sangran ni duelen. Tampoco es que las heridas de esos intentos de romper las esposas fueran muy profundas, claro. Creo que el subconsciente sólo quería librarme de la responsabilidad moral de no haber intentado escapar por lo menos una vez...

Venga, respira. Tienes todo el tiempo por delante a partir de que descerrajes la puerta esa de un tiro. Como si fuera año nuevo, podré hacer todos los buenos propósitos que quiera. Desde conquistar el mundo a desperdiciar miserablemente mi tiempo, cualquier cosa es mejor que la indolencia de dejar que se escurran las horas sin pena ni dolor ni gloria. Saldré para recuperar la libertad de decidir, de buscar objetivos, de esforzarme, de divertirme, de pasar las de Caín o de perder la vergüenza. Revivir, al fin y al cabo. Siempre que no termine con unos gramos de plomo en el cuerpo, claro...

Hala, el momento ha llegado. Crom, cuenta los muertos. Alea jacta est. Al carajo. Ahora o nunca.

¡¡BLAM!!

La reacción del grillete al golpe de la bala en el cierre es una herida en el tobillo por el otro lado. Pero se curará. Mi pie sigue entero y la cadena anclada en la pared hecha polvo. Sigue ahora que estás vivo y en racha, chaval...

¡¡BLAM!!

El disparo ha dado menos miedo, pero me voy con unas bonitos eslabones colgando de cada muñeca. Muñequeras Heavy-metal. Mola. Ya me las quitaré más adelante. Vámonos de aquí de una vez....

¡¡BLAM!!

Desde tres metros, este chisme hace unos agujeros curiosos. Ha quedado uno gordo dónde antes estaba la cerradura, desde luego. Y el sonido rasposo de la corredera al volver a su sitio me recuerda que la pistola está deseando encasquillarse otra vez porque nunca la he limpiado en condiciones.

Pero ahora me tengo que ir, que las puertas del mundo, del cielo y del infierno se me han abierto y me siento como un heroe espartano encargado del trabajo sucio de algunos dioses del olimpo.

"...doctor, que me ha salío una roncha colorá por toa la espalda y los brazos,
y no se imagina lo que tengo que hacer pa' rascármela..."


Hala, ya me podéis soltar a los monstruos... que hoy he gastado tres de mis cien balas irrastreables. Me quedan 87.