jueves, 26 de marzo de 2009

Experimento Reloaded

Son las 6'52 y estoy saliendo de la estación.

Ayer, sin tener ni idea cómo pasó, perdí un post enterito que ya tenia casi listo para publicar. Y me quedé con la cara de desconcierto del Sabina cantando aquello de "...quién me ha quitado el Word de ahí, cómo pudoooo sucederme a mí...".

Resulta que el sistema operativo de la PDA no contempla el concepto de “papelera de reciclaje”, tan útil para los torpes que borran las cosas sin querer, así que ya sé por qué la mía es HP: Hija Puta.

Después de los lamentos y las maldiciones, una vez que asumí que no había nada que hacer para recuperarlo, cerré el Blogger, apagué el ordenador y me fui rezongando a la cama: "no me podía haber pasado con uno de los textos cutres, no... Se me borra justo el que explicaba el experimento este de escribir en el tren… Cagüentó...".

Y ahora, plenamente consciente de que no voy a tratar de escribir aquello que ya estaba satisfecho de haber escrito, te toca soportar el resultado de otro experimento de los que hablaba: prepárate porque esto es lo que te espera de aquí a unos meses.

Mientras mi asiento cabecea a casi 300 km por hora, yo tecleo en un teclado plegable a pilas que se comunica por bluetooth con mi PDA de segunda mano. El hecho puede ser risible en un tren lleno de currantes especializados y de aparatos más modernos (y caros) que mi montaje de chismes.

"Voilá, el gabinete del Doctor AKAligari. Jia, jia, jia..."

El resultado del tecleteo será como el de siempre: unos días tendré mucho que contar, otros poco. Algunos estaré lírico y soñador (si no directamente dormido) y habrá días que supure mala leche. Aunque hay una novedad: lo que salga en este trayecto de 45 minutos te va a llegar en forma de post al factor casi intacto, porque aprendí hace bastante tiempo ya que no soy bueno editando textos. Es que me pasa que, cuando me releo, acabo descartándolo todo o reelaborándolo todo o matizándolo hasta el extremo todo de nuevo. Y acabo aburrido del tema, de las formas, de las ideas y de mi mismo y mi pesadez. A mi me funciona el "aquí te escribo, aquí te mando". No es un afán de superación que ojalá tuviera. Creo que se llama soberbia y presunción, espero que en pequeñas dosis no tóxicas.

Así que lo que pretendo es sacarme esas espinitas de ganas de escribir afiladas a base de PDA y teclado bluetooth, desinfectar un poco los pinchazos con el agua oxigenada del corrector ortográfico (que estoy echando mucho de menos mi eñe y mi tilde al lado de mi meñique derecho en este teclado yankee) cuando llegue a casa por la noche, y ponerme las tiritas insertando alguna fotillo si tercia y dándole al botón de "publicar".

No sé lo que saldrá de estos "experimentos" (en principio y por tu bien, espero que tochos más cortos de los normales). Pero, oye, la verdad es que, hasta ahora, tampoco he sabido nunca cómo iban a cerrar las heridas cuando me ponía delante del teclado para dejar actuar a mi factor de curación.

Son las 7'24 y estoy llegando a la estación. Experimento terminado. Ya me darás informe de resultados.

1 comentario:

Cincibastro dijo...

Pues me gusta! Es algo asi "como postales desde el AVE".