martes, 7 de octubre de 2008

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Te lo explico a modo de disculpa, porque creo que no mereces el sutil maltrato. Tú, que todavía recargas esta página de vez en cuando con la inocente ilusión de verme sanar milagrosamente de los golpes de la vida, no deberías encontrar una vez tras otra el mismo post. Porque aburre, ¿verdad?

Así que voy a tratar de conformarte dando una explicación para el retraso de actualización de esta página.

Lo malo es que, últimamente y en esta nuestra comunidad, las explicaciones suenan siempre a excusa, por muy fundadas que estén. No sé si será el deje culposo con el que se explican, la presunción de culpabilidad con la que se escuchan, o la estadística comprobada de que algunas resultan ser mentiras piadosas que enmascaran la verdadera explicación. Pero yo sostengo que, en la mayor parte de los casos, se dice la verdad.

Creo firmemente que las viejas excusas, esas que ya tienen resonancias de clásico en nuestros recuerdos conscientes, llegan a serlo porque en un buen montón de ocasiones son ciertas. Decir cuando llegas tarde aquello de “…es que ha pillao el atasco”; “…he perdido el reloj”; “…no ha sonao el despertador”; “…me han llamado por teléfono justo cuando salía”; “…he sido abducido por el pesao del vecino”; “…me he caído a una alcantarilla con jocoso resultado”; “…juraría que habíamos quedado a esta hora”; “…el acelerador de hadrones ha estado a punto de destruir el universo”; “…es que me dolía mucho la cabeza”, tiene una carga de verdad que difícilmente es apreciada por quien la escucha, porque normalmente se encuentra en estado de relativa irritación por el desplante.

Hay explicaciones/excusas infinitas, por infinitos motivos. Las de retraso y/o incumplimiento son mi gran especialidad, por aquello de la costumbre que tengo en utilizarlas (y no tienes más que leer este blog para comprobarlo). Las que tienen que darse cuando se hace daño sin querer o se decepciona a alguien son las que más temo encontrarme. Y las más fáciles son las relacionadas con la informática…

Porque es innegable que desde el “no tengo ni idea de por qué ha hecho eso” al “fallo masivo del hardware” hay un festival de causas que te arruinan el día y la paciencia: fuentes de alimentación que estallan, reinicios a traición, escasez de memorias virtuales, bloqueo de procesos secundarios, corrupción de archivos y discos, “viruses” varios, pilas de ratón gastadas, subidas de tensión en la red eléctrica… Infinitas posibilidades de que algo vaya mal, el sueño húmedo de Murphy cuando comprobaba el funcionamiento de su Ley universal. Y todas estas posibilidades son capaces de impedirte cumplir con una tarea determinada por más sencilla que sea.

Me he ido por las ramas, ¿no? Para variar... Vale, ya te explico por qué el retraso de actualización (y mira que tengo temas pendientes, que conste…)No he podido acceder a la internet desde que publiqué la última vez nada más que para comprobar el correo...

(Y es totalmente cierto: estoy desconectado totalmente con tanto volver a CiudadCueva, retomar el trabajo, deshacer la mudanza, no tener tiempo ni máquina para escribir las entradas, etc.)

No subestimes un cable desenchufao. Puede morder. Y dar calambre.

En cuanto consiga saquear un acceso otro rato largo, volveré por aquí.

Y es una amenaza.

(…así que deja de reirte…)