domingo, 28 de octubre de 2007

El tiempo vuela-Filosofía de peluche (5)

Para ver la tira como una tiraca, pulsa sobre ella.

No sé si es cosa de la concentración del momento concreto o porque el tiempo no dura lo que debiera durar en realidad, pero el hecho es que hay muchas ocasiones en las que le da por correr mucho y pasar rápido.

Las causas son prácticamente infinitas. Tantas que te hacen dudar si esa es su velocidad real (a toda leche) en vez de la de los días normales y las situaciones insulsas (llamémosla "velocidad estandar"). Al final, asumiré que sí que hay una velocidad estándar y otra "fast-forward" por contrarrestar un poco el ritmo del tiempo durante esas raras ocasiones en las que parece que se detiene para fluir viscosa y lentamente justo cuando menos lo puedes disfrutar (como en un atasco o en el sillón de un dentista), que parece que lo haga nada más que por fastidiarte.

Porque por mucho que lo midamos perfectamente, todo el mundo a la vez y con precisión matemática, no hay nada más relativo que el jodío tiempo, ese que nadie tiene y que es excusa universal para no hacer cosas. Al final, creo que lo utilizamos sólo como elemento de "oposición patalética": pasa rápido cuando queremos que pase lento y al revés... Inconformistas y quejicas que somos, ¿no?

De todas formas, te he puesto la tira de hoy porque cuadra perfectamente con mi situación actual, a nivel micro (se me ha pasado la mañana y apenas me ha cundido lo que he estado haciendo), a nivel medio (mi tiempo de trabajo disponible se precipita en picado contra la dura realidad de una fecha de entrega) y a nivel macro (¿cuándo un cambio radical de forma de vida no hace que el tiempo se escape de las manos como la arena?)...

Y es que estoy tan ocupado y centrado en mis urgencias que mi tiempo vuela. Y que espero de verdad que no pase nada importante alrededor, porque como me descuide me lo puedo perder sin quererlo.

Cuento contigo para que me avises si viene la profe y para que luego, si me hace falta, me pases los apuntes...

sábado, 27 de octubre de 2007

Espiral

Es complicado romper una espiral de dejadez. Lo he vuelto a comprobar empíricamente después de demasiado tiempo sin escribir por aquí.

La prueba de fuego para la ocasión: explicar con palabras la metáfora que se me ha ocurrido para la ocasión...

Consiste en un ejemplo semi-gráfico. Imagínate un dispositivo que crease un camino de setos y gravilla que va creciendo por delante tuyo conforme lo vas recorriendo, una máquina de fabricar agradables paseos por el parque. Se empieza a caminar desde el centro y, al mismo ritmo que avanzas, va tomando la forma de una espiral que conserva todo el camino que has recorrido. Un invento perfecto para disfrutar de una charla tranquila en plena naturaleza. Para apagar el dispositivo, sólo tienes que atravesar el seto exterior: romper la espiral para volver a tu camino normal...

En las metáforas también hay especulación inmobiliaria donde debiera haber setos. ¡Qué país!...

Como las espirales tienen la forma que tienen, cuando empiezas a recorrerla la curvatura es grande y el camino es estrecho. Es muy fácil salirte de ella, porque estás cerca del seto exterior. Sólo haría falta dar un pequeño paso hacia el lado y ya. Pero apenas has empezado a pasear y sigues avanzando.

Poco a poco, con cada giro, el camino se ensancha. Y resulta que, cuando te empiezas a cansar de andar, el seto exterior está más bien lejos. Es más fácil sentarte a descansar un rato que darte la caminata necesaria para romper la espiral. Así que no la rompes, sin pensar que la próxima vez que quieras salir de la situación el seto estará más lejos y tú más cansado...

ADVERTENCIA: No la mires mucho tiempo seguido. No mata, pero marea...

Creo que la dejadez funciona más o menos igual. Rompes tu rutina porque te apetece desconectar un tiempecito, y se va creando a tu alrededor una rutina distinta, más sencilla de vivir pero un poco más vacía. Pero sin darte cuenta te acostumbras a ella y resulta complicado darte el trabajo de saltar el seto para volver a la rutina anterior. Más complicado cuanto más tiempo pasa. Así se abandonan blogs. Así se pierden buenas costumbres. Yo he perdido a muchos amigos así...

Abandono no more. Ahora mismo estoy corriendo directamente hacia un seto exterior que se ha alejado demasiado, pienso atravesarlo de un salto.

Considera esta espiral de conformismo, abandono y dejadez rota.

AKA ha vuelto.

domingo, 7 de octubre de 2007

Cinco minutos

"...cinco minutitos más, por favor, déjame dormir cinco minutitos más..."

O, dicho de otra forma, ya mismo vuelvo a escribirte. Necesito un poco de tiempo más, para ordenarme, recuperarme y volver con algo especial (en el fondo, en la forma o en las referencias) que leer.

Porque con este factor nunca he pretendido ser un genio de las letras, ni tener legiones de fans enfervorecidas, ni impartir doctrina, ni desahogar una fértil vida interior, ni llamar la atención, ni tratar de conquistar el mundo... Y no creo que cambie el objetivo, por lo menos por ahora, jejeje...

Pero, a pesar de esa humildad de miras, voy a intentar no publicar entradas que me dejen indiferente a mi mismo. Es la única forma que se me ocurre de ofrecerte algo que te merezca la pena leer.

Aunque me temo que con este engendro de texto de hoy estoy muy por debajo del listón, ¿no?